“Primero, ten una ideal definido, claro y práctico; una meta y un objetivo. Segundo, ten los medios necesarios para lograr tus fines; sabiduría, dinero, materiales y métodos. Tercero, ajusta todos tus medios a ese fin”.  -Aristóteles

El término “Metodología de Gestión de Proyectos” se utilizó por primera vez a principios de los años 60 cuando las empresas comenzaron a sentir la necesidad de encontrar una forma de conducir sus negocios de manera organizada. Así es como el término “proyecto” comenzó a utilizarse ampliamente en la América Corporativa. Las empresas querían tener una mejor forma de comunicarse y colaborar para asegurar que los equipos fueran productivos. De hecho, como todo en los negocios, el significado del término cambió con los años. Si buscamos lo que significa metodología de gestión de proyectos en la actualidad, encontraremos algo así:

La Metodología de Gestión de Proyectos es una combinación estrictamente definida de prácticas, métodos y procesos lógicamente relacionados que determinan la mejor forma de planificar, desarrollar, controlar y poner en marcha un proyecto durante todo el proceso de implementación continua, hasta estar correctamente completo y cerrado. Se trata de un enfoque científicamente comprobado, sistemático y disciplinado para diseñar, ejecutar y completar un proyecto”.

En síntesis, la metodología de gestión de proyectos se transformó en algo esencial para la América Corporativa y la exitosa ejecución de proyectos. Solo siguiendo una metodología es posible:

  1. Agrupar las necesidades de todas las partes que participan en un proyecto.
  2. Encontrar un formato o lenguaje común de modo de que todos los miembros del proyecto tengan un entendimiento claro de lo que se necesita de ellos.
  3. Estimar el costo del proyecto y ser precisos.
  4. Detectar y atender los riesgos y problemas.
  5. Completar y compartir documentos con la gerencia y el equipo ejecutivo de la empresa.
  6. Documentar las lecciones aprendidas como referencia para futuros proyectos.

Por ende, podemos concluir que el uso de una Metodología de Gestión de Proyecto es esencial para que todo proyecto sea exitoso. La gestión de proyectos evolucionó al igual que las metodologías de gestión de proyectos. Me dedico a la gestión de proyectos desde hace más de 25 años, y he tenido la oportunidad de trabajar como gerente de proyectos en empresas que preferían usar el método Waterfall, otras que preferían el método Agile o, incluso, algunas que preferían el método Scrum. Estas tres metodologías varían en cómo el proyecto se inicia, se ejecuta y se completa.

En estos días, la “tendencia” es Agile. Todos hablan de Agile. ¿Pero es Agile realmente una metodología de gestión de proyectos? Si investigan un poco, verán que Agile no es una metodología per se. Agile es un conjunto de principios aplicables al desarrollo de software. Estos principios se plantean en el Manifiesto Agile, que es como la biblia de los desarrolladores de software. El Manifiesto define cuatro valores clave y doce principios que los autores consideran que los desarrolladores de software deben emplear como base para su trabajo.

Antes de que Agile apareciera, la metodología tradicionalmente utilizada era Waterfall. Esa fue la tendencia por muchos años hasta que apareció el enfoque Agile. En comparación con Agile, el modelo Waterfall incluye una serie de pasos para el diseño, el desarrollo y la puesta en funcionamiento de un producto o servicio. Con Waterfall se tienen los beneficios de la planificación basada en hitos y el armado de equipos. Las principales características de Waterfall son: procesos y herramientas, documentación, negociación del contrato e implementación del plan. A continuación se presenta un resumen de alto nivel de las diferencias entre los dos métodos:

 Manifiesto Agile

 

PMBOK (Guía para la Gestión de Proyectos) – Waterfall

Individuos e interacción Procesos y herramientas
Software de trabajo Documentación integral
Colaboración del cliente Negociación de contratos y armado de equipos
Respuesta al cambio Seguimiento de un plan, hitos

 

¿Por qué mi proyecto falla?

Desafortunadamente, muchas empresas eligen aplicar la metodología de moda en lugar de utilizar la metodología que mejor se adecúa a sus necesidades comerciales y, lo más importante, a su cultura corporativa. La atención no se centra en utilizar la metodología adecuada para la exitosa implementación de los proyectos. Entonces, el utilizar Agile en un entorno que está más centrado en los procesos y las herramientas, la documentación, la negociación de los contratos y en seguir un plan, podría ser una receta desastrosa para cualquier proyecto que se implemente. Del mismo modo, esto podría suceder en las empresas que tienen más de un enfoque moderno para completar el trabajo, donde a los miembros de los equipos les gusta interactuar y cooperar entre ellos, y responden rápidamente al cambio sin necesidad de tener que lidiar con mucha documentación.

Las empresas deben tener en cuenta que al final, los recursos asignados al proyecto son los que harán el trabajo; si tratan de llevar adelante un proyecto utilizando una metodología que no se ajusta a la cultura corporativa, el proyecto eventualmente fracasará.

En resumen, las empresas deben utilizar la metodología que mejor se ajuste a su cultura y a sus necesidades independientemente de las tendencias. ¿Cómo se puede definir la cultura de la empresa? Basta con mirar alrededor, pensar en la visión y la misión de la empresa. Eso definitivamente ayudará como disparador.